Mientras tanto, la capilla ardiente de Tomeo también se prendió.

Las llamas se alzaban con el viento, envolviendo rápidamente las coronas funerarias y las banderas blancas en una espesa humareda negra sobre el césped.

El lugar se convirtió en un caos.

—¡Se está incendiando, rápido, apaguen el fuego! —

—¡Llamen a los bomberos, rápido! —

Giselle salió de la habitación secreta, seguida por el fuego que consumía todo a su paso.

Mientras caminaba, se desabrochaba la ropa.

Se quitó la amplia vestimenta de luto para revelar un traje ajustado completamente negro, frío como el acero, seco y tajante.

Rodeó la capilla ardiente y se dirigió directamente al garaje.

Una sombra oscura corría hacia el jardín trasero, llevando en brazos a una niña con la boca sellada con cinta adhesiva.

—Jefa, aquí tienes a la niña. —

—Bien, escapa, lo que sigue me toca a mí. —

Giselle tomó a la niña y la metió de un empujón en el Maserati de Félix, luego se sentó en el asiento del conductor y arrancó el motor con habilidad.

El Maserati rugía mientras se lanzaba hacia adelante.

Al pasar por la capilla ardiente, Félix, con ojo avizor, la vio y gritó en medio del caos.

—¡Giselle, adónde vas! —

Giselle no le prestó atención y aceleró.

Su grito atrajo la atención de Farel, quien giró la cabeza y vio justo a tiempo a una niña en el asiento del copiloto pasar velozmente.

Esa mirada…

El corazón de Farel se hundió rápidamente.

Arrancó con fuerza y se lanzó tras ella, saltando a su Range Rover y pisando el acelerador para seguir a Giselle.

quedó aturdido en el

¿Qué estaba pasando?

habían desaparecido en un abrir y cerrar

—¿Qué está sucediendo? —

corriendo y tomó a Joan del brazo para

— Joan negó con la cabeza, —Fue tan rápido como un relámpago, no entiendo

ese momento, el

del teléfono se

en la puerta de la casa!

hospital.copy right hot

habitación, dos guardaespaldas

andaba mal, abrió la

sucede? ¿Qué

guardaespaldas exclamó sin pensar —La Srta. Irene ha

—¿Qué? —

atónita, su corazón latiendo

¿No será Giselle, verdad?

la miró sorprendido —Señorita Evrie, ¿cómo lo

Así que era Giselle.

Evrie se

solo le quedaba ir tras las personas

la más descuidada y olvidada

Preguntó —¿Y Farel? —

proteger a Irene y su ansiedad era evidente en sus

pasaba algo a

el caos

rápidamente y recordó el broche de rubí que

El paquete funerario, Leandro…

puente. — Les dijo —Se dirigieron

en persecución, y seguramente se detendría en

listo para actuar,

—Pero, Srta. Evrie…—

a Evrie y

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