Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Evrie se atragantó y se quedó en silencio por un momento.

Estaba un poco sin palabras por su franqueza.

—¿Qué significa seguir a alguien, acaso no fue suficiente con la noche de ayer, te has vuelto loco? —

Farel tragó saliva, se sentía un poco culpable.

—Lo siento, no quería molestarte, solo es que… no quería dejarte. —

—No querías dejarme. — Evrie repitió en voz baja, una sonrisa ligera apareció en sus labios, —En ninguno de los días de estos cuatro años te he visto seguirme, ¿por qué te recuerdas hacerlo justo el día que volví a Alnorter? —

Farel apretó los labios, sin encontrar palabras para responderle.

Ella no insistió con más preguntas.

Unos segundos después, Evrie cerró los ojos.

—Sal, quiero dormir. —

Al ver que ella se volteaba para darle la espalda, su figura pequeña se escondió bajo las cobijas, emanando terquedad, Farel bajó la cabeza, salió de la habitación y se sentó en una silla afuera.

Blanca acababa de regresar con una botella de agua, lo miró y entró directamente en la habitación.

—Bang— La puerta se cerró nuevamente.

El pasillo volvió a sumirse en el silencio.

Poco después, el subdirector llegó apresuradamente, y se puso respetuosamente al lado de Farel.

—Sr. Haro, es muy tarde, ¿quiere que le prepare una habitación para que descanse? —

Farel negó con la cabeza —No es necesario, me quedaré aquí. —

El subdirector insistió —Pero hará frío en la noche…—

—Ya le dije que me quedaré aquí. —

—Si quieres hacer algo útil, consígueme una copia detallada del informe médico de

lo

subdirector se fue

no se olvidó de pedirle a la enfermera que le trajera una manta gruesa a Farel y le colocara un sillón de

muy bien las relaciones

En la habitación.

un vaso de agua y se acercó

irá

siquiera levantar la mirada —¿Le contaste todo sobre mi

si no le digo algo, ¿qué pasará si la próxima vez te

enrojecieron un poco —No habrá una próxima vez,

como quien ya ve el

venir, no podrás escapar de él, te ha puesto el ojo y ya la primera noche te

barbilla en su mano —Evi, estás

no pudo evitar

también te ha puesto el ojo y

continuó suspirando —Nosotras estamos

las preocupaciones, vamos a dormir, ya casi amanece. —Evrie le acarició el

dormir así? — Blanca señaló hacia la puerta, —¿No te

contestó —¿Qué se supone que debo hacer, invitarlo a

se quedó en

tampoco era

uno sabe lo

el sufrimiento de Evrie, por lo que no tenía derecho a decirle

es el mayor

—Mejor duermo contigo. —

se levantó y apagó la

la habitación, así

Llovió toda la noche.

estaba acostada en la cama del hospital, y en la oscuridad abrió los ojos, sin rastro