Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Ellos se complementaban tal como si hubieran ensayado.

Blanca quedó muda por un instante.

—¿Esto lo habían planeado desde hace tiempo, no? — le preguntó.

Joan sonrió con complicidad. —El megaproyecto del Grupo Hidalgo, la construcción de su rascacielos será el nuevo distrito económico de Alnorter. Ellos están interesados en ofrecerte el puesto de diseñadora, al terminar este proyecto, tu reputación crecerá exponencialmente.

—Para entonces, no solo podrás comprar un BMW, sino que un Rolls-Royce Phantom no será problema.

Blanca guardó silencio.

La tentación era fuerte.

Con el ceño fruncido, Blanca reflexionó un momento y le dijo: —Necesito hablarlo con Evi primero. —

No podía simplemente dejarla y marcharse sin que ella supiera.

Farel, siempre cortés, le respondió: —Por supuesto, adelante. —

Blanca tomó su teléfono móvil y salió.

Al regresar a la habitación del hospital, lucía preocupada y vacilante.

—¿Qué ocurre, no pudiste pedir el permiso? — Evrie la interrogó.

Con un tono casi quejumbroso, Blanca confesó: —Tu exmarido me sobornó. —

Evrie frunció el ceño, confundida.

—Me consiguió un contrato enorme con el Grupo Hidalgo, para el proyecto del distrito financiero de Alnorter. Es una oportunidad de oro, pero tengo que almorzar con el hijo del presidente del Grupo Hidalgo para discutir los detalles.

—Ve, por supuesto. —Evrie lo vio como algo natural—. ¿Perderías un contrato así por quedarte aquí conmigo? ¿Acaso estás loca?

Blanca se mostró preocupada: —Pero tú…

—Aunque no vayas, él encontrará otra manera de acercarse a mí. Esto solo hace más fácil que te devuelva el favor. No subestimes su inteligencia y habilidades. — Evrie le explicó con indiferencia.

Blanca se dio cuenta de algo.

Era un juego de alta inteligencia.

No solo Evrie, sino también la mejor amiga de Evrie estaba completamente bajo su control.

una profunda

más. —Evrie le tomó de la mano—. Si te surge esta oportunidad, debes aprovecharla. No

llenó de coraje y asintió: —Bien, ¡espera a que gane

ojalá que nuestra diseñadora

…

de despedirse, Blanca

Farel entró poco después.

bien, sus ojeras se le marcaban más, pero

se sentó al borde

—

se giró hacia otro lado: —Quiero que me den de alta, mi

no es una cura

curar una enfermedad

Evrie estaba genuinamente sorprendida.

buscado tratamiento antes, visitado muchos hospitales, pero los

era suprimir y reducir

—Sí, se puede.

seriedad—. Déjalo en mis

su mirada, tan concentrada y

en su corazón se sintió

solo un dolor

vista, reprimiendo las

—Toc toc—

golpeó la

—Adelante. —

terminó de hablar, un anciano con bata y una caja de madera entró con aspecto cansado y saludó

llegué tarde,

de inmediato para recibirlo: —Señor Pardo, después de tantos años de retiro, fue

todo, mientras esté vivo, seguiré practicando

habitación y su mirada cayó sobre Evrie en la

que necesita mi ayuda es esta señorita,

y se enderezó

por los médicos, así

Muy bien, eres una talentosa profesional. —

acercó para tomarle el pulso a ella, escuchando,