—¿Quién te mandó a hacerlo? Te lo mereciste.—

Justo cuando parecía que iban a empezar a discutir otra vez, Evrie entró por la puerta en el momento justo.

—Buenos días a ambos, vine a hacer una visita médica, ¿los interrumpo?—

Al verla, Blanca se iluminó y rápidamente empujó el tazón hacia las manos de Berto, yendo al encuentro de Evrie.

—¡Evi, qué bueno que viniste tan temprano! ¿Qué tal si después vamos juntas a la oficina?—

Evrie aún no había respondido cuando Berto, detrás de ella, las interrumpió.

—Blanca, no te pases, ¿no quedamos en que ibas a cuidarme hasta que me dieran de alta?—

Blanca giró la cabeza para mirarlo con una sonrisa irónica—Estás más vivo que nunca y todavía te quejas, no me hagas perder mi tiempo, necesito ir a trabajar para ganar dinero.—

Berto, con el tazón en la mano y una sonrisa sarcástica, respondió—Se te acabó la compasión, ¿eh?—

Blanca soltó un resoplido ácido—De todas formas, Berto es cirujano, aquí hay montones de enfermeras que te adoran. Hace un momento una se ofreció de voluntaria para cuidarte, ¿por qué no le pides que te dé la sopa? Seguro que estaría encantada.—

Berto levantó una ceja en señal de diversión—¿Estás celosa?—

—Celosa de ti, ni en tus sueños.—

Justo cuando la discusión iba a escalar, Evrie extendió su mano y tiró suavemente de Blanca.

—Blanca, debes ser más amable con los enfermos, Berto también está pasando por un mal momento.—

Blanca se sintió injustamente tratada y miró a Evrie con ojos suplicantes—No tienes idea de lo difícil que es cuidarlo, no quiere comer esto, no quiere comer aquello, los hombres se vuelven tan quisquillosos cuando están enfermos.—

Evrie no pudo evitar reír.

Guiñó un ojo—Los hombres a veces necesitan un poco de mimos.—

Blanca la miró de reojo—¿Así es como solías tratar a tu exmarido?—

En este aspecto, Evrie tenía bastante experiencia.

Recordó los momentos pasados y luego asintió—Él era mucho más difícil de complacer que Berto.—

Al ver que Blanca no se conmovía, Evrie la llevó hasta la cabecera de la cama, saludando a Berto con una sonrisa.

—Berto, ¿cómo te sientes? ¿Mejor?—

para estar seguro tengo que quedarme un par de días más en

lado, no

su interacción y sonrió

está en mis manos, Berto tendrá que

duda de que son buenas

sonrió sin decir nada.copy right

Blanca tenía sus propias elecciones y ella no quería

o no, ella

derecho de

se quedó un rato más y luego se levantó para irse, ya que tenía mucho trabajo en la oficina y

a

tomó del brazo a Evrie

la habitación de al lado, Evrie no

novio estafador de Rosa, aún estaba bien ayer por la

un vistazo, con una expresión

él, parece que anoche le rompieron las piernas y lo tiraron al río durante media hora, se le desarrolló una neumonía, Valerio lo

¿Valerio?

se sorprendió unos segundos, pero recordando el

él había vengado a

alguien al río era típico de él, ni siquiera se molestaba

se alivió y

ese sinvergüenza aprenda la

volver a la habitación, Blanca acompañó a Evrie hasta su auto, admirando

Evrie no le interesaba mucho el auto, se abrochó el

ya, que Berto

con pesar y se tocó la cabeza, frustrada—Los

empresa? Lo dejas y ya.— Evrie la

que volvería conmigo a la

la miró con una

justificaba, evitando el contacto

bien, nuestra diseñadora Blanca es todo corazón, entonces quédate,

el motor con destreza, giró

Rover se

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