Capítulo 62

Debido a esa frase, Cira quedó completamente decepcionada con sus padres. Pasaron tres años sin que volviera a ponerse en contacto con ellos, hasta hace unos meses, cuando decidió llamarlos por

capricho, pero la llamada no se conectó.

En ese momento, incluso se rió entre dientes. En cuanto a ser despiadados, sus padres eran los campeones. Cuando decían cortar la relación con ella, realmente la cortaban de manera total.

Ahora, al escuchar la voz de su madre y saber que estaba bien, ya no le importaba. Cada uno por su lado.

Tomando su taza de té, Cira regresó a la oficina.

Justo cuando se sentó, Quintina Flores arrojó el informe de ayer en su escritorio, presumiendo de su victoria: -Ya hablé con el gerente Vega. ¡El gerente Vega te ha designado para encargarte de esto!

Entendido.

Justo Cira no tenía intenciones de quedarse en esa oficina caótica. Sin decir nada, recogió el informe y su bolso, y se fue.

Quintina la miró mientras se alejaba con una mirada maliciosa.

Cira salió de la compañía y entró en una cafetería cercana. Pidió café y se sentó a mirar el informe.

Después de aproximadamente media hora, tuvo una comprensión general de la situación del proyecto. Ahora, la tarea principal era lograr que el gerente Chaves firmara un acuerdo adicional, ya que se había olvidado de hacerlo aquel día.

Esto resultaría ser un poco difícil.

+25 BONUS

firmar el contrato, soportando la repulsión. Si volvía a buscarlo hoy, lo más probable

este problema cuando su

encontró con la sonrisa

de montura plateada, también con una cadena para

archivo, se enderezo: -Profesor Sánchez, ¿cómo es que viene por aquí? ¿Viene a comprar empanadas para la señorita Sánchez de nuevo? Por cierto, aquel día compartí las

una caja no fue

a propósito: -¿Cómo puedes decir eso? Parece que

quedamente: -Ha sido un

clases esta mañana, por eso vine a almorzar con ella para tranquilizarla. Todavía no ha terminado su

-Tenéis una relación muy

Emilia, así que ella depende mucho de mí.

+25 BONUS

sus hermanas era normal antes, después de aquel incidente, tampoco se habían vuelto a poner en contacto

le respondió brevemente: -No, iba a

aún no había pedido café, ella sugirió amablemente: – Permítame invitar al profesor Sánchez a tomar

eres tú la anfitriona, yo soy el invitado.

a la barra de café y le

en que Marcelo manejaba las interacciones, no era

cuando accidentalmente ensució su camisa, él aceptó el dinero que ella le ofreció para limpiarla. También, cuando lo invitó a comer y tomar el café, aceptó toda su invitación, evitando que ella sintiera

se conocieran desde

haberse conocido recientemente.

café y notó que Marcelo estabal hojeando sus documentos. Frunció ligeramente el

de café.

-Profesor Sánchez.

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