Capítulo 84

Como estaban bailando normalmente, las manos de Cira y Marcelo no se sujetaban tan fuerte, así que en cuanto Morgan tiró, se soltaron fácilmente. Él aprovechó para empujar a Lidia hacia el otro y después envolvió firmemente la cintura de Cira.

Cira volvió desprevenida frente a Morgan, mirándolo con asombro mientras él lucía impasible.

Se sintió como si fuera un objeto para él, algo desechable cuando no lo quería y arrebatado directamente cuando le apetecía.

No le ofrecía ni rastro de respeto a ella.

Cira reprimió su ira y preguntó: -Señor Vega, ¿qué estás haciendo?

-¿Qué? ¿Me estás culpando por separarte de tu señor Sánchez? -Morgan soltó una risa fría y replicó: -¿Es que has olvidado de quién eres?

¿De quién era ella?

Así era, a sus ojos, ella no era más que una herramienta o un objeto, nunca reconocida como una persona independiente. Siempre debía girar alrededor de él y quedarse a su disposición, ¡incluso su vida estaba en su mano!

Cira ya no quería seguir bailando con él.

Mucho menos quería volver a verlo

Había estado conteniendo sus emociones todo el día, pero finalmente, en ese momento, no pudo aguantar más.

Ella trató de alejarse, pero Morgan la agarró firmemente por la mano y la cintura, así que sólo pudo usar la otra mano libre para empujar su pecho.

El hombre parecía como si no estuviera aplicando mucha fuerza, pero ella no podía apartarlo de todos modos.

Con los dientes apretados/ Cira le susurró: ¡Señor Vega, compórtate! ¿No fuiste tú quien me dejó y se fue primero?

la

fueras hacia la izquierda? ¿O es que no

recordó esas palabras.

+15 BONUS

así que ¿cómo iba a saber ella que

lo escuchaste o no lo entendiste? -Morgan continuó burlándose mientras la observaba- Pero es comprensible. Estuviste distraída todo el día, parecía que estabas

la que estaba planeando algo? Su comentario era como un ladrón gritando que atrapen al ladrón.

se rio y dijo con desprecio. -¿Crees que

con más fuerza el pecho

-Entonces no bailamos más. Ven arriba conmigo. Te

su mano, intentando llevarla arriba.

de pánico, Cira exclamó: -¡No lo haré!

ese momento, alguien agarró su otra mano.

-Señor Vega.

cortés, pero sus ojos detrás de los lentes. tenían un frío inconfundible: -Me parece

volvió a mirar a Marcelo, el enojo bajo los ojos se hizo más intenso. -¿ Señor Sánchez, estás intentando

López, ¿ recuerdas los fuegos artificiales de esta noche que te mencioné? La vista

hacia sus brazos a

ese momento, Morgan de repente la llamó por su

Ci–ra.

+15 BONUS

voz puso la

el

A

contrato seguía siendo válido. Pero

mirándolo fijamente, pero lo único que encontró en los ojos de Morgan

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