Capítulo 97

Cira entendía el gesto de buena voluntad y también lo consideraba como un amigo, así que confesó: -Tranquilo, no hemos hecho nada ilegal.

Le prometí al señor Osiel que si él me salvaba, firmaré un contrato laboral de cinco años con él y trabajaré en el Grupo Sánchez. Estoy segura de que con mi chamba, la ganancia que le voy a dar en cinco años será más que lo que le traería el proyecto del antiguo distrito.

El Grupo Sánchez le había mostrado su interés en invitarla a trabajar con ellos.

Cira había considerado dos compañías fuera de la ciudad de Sherón, una de las cuales era el Capital de los Chipanas, y la otra era ellos.

Sin embargo, después de un análisis exhaustivo, se inclinó por la primera porque creía que era más adecuada para ella, por eso no se acercó al Grupo Sánchez.

Ayer no le quedó otra opción y tuvo que usarse a sí misma como moneda de cambio para negociar con Osiel.

Después de integrar la situación, Osiel aceptó su propuesta.

Pero agregó una condición: durante los cinco años en la empresa, ella sólo recibiría un salario base, sin comisiones ni bonificaciones.

Los hombres de negocios eran así, que no se permitían sufrir pérdida.

En esa transacción, Morgan fue el gran ganador, mientras que Cira salió lastimada, tanto mentalmente como físico.

Por supuesto, ella no comentaría nada al respecto con Marcelo, y se limitó a decir: Es un honor para mí poder trabajar en el Grupo Sánchez.

Marcelo asintió.

Entonces me quedo más tranquilo.

Dicho eso, notó que en el paquete que Cira había pedido había un plato de calamares fritos, lo señaló con el tenedor y preguntó:

-El mío es un rollo de verduras. ¿Quieres que te lo cambie?

en la misma. mesa, al alcance de la mano, así que negó con

Morgan, parecía que estaban intercambiando

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+15 BONUS

que Cira sonreía, ¿ya debería estar lista para

el Grupo Nube Celeste tenían tamaños similares, por lo

sido una

no le interesaba ayudar a los demás con

le preguntó a Lidia: Señorita Flores, ¿terminaste de comer? Si ya, te

dónde? -preguntó Lidia mientras parpadeaba,

burló Morgan–¿Qué? ¿Apenas pasó una noche y ya quieres dejar a tu antiguo

una sonrisa

Señor Vega, ¿acaso

pareció buena? ¿De verdad no consideras. aceptarme?

escuchó la respuesta

Morgan y Osiel almorzaron

la tarde, el

fue a la habitación de Morgan.

tenía la tarjeta de la habitación, no la

fríamente y, sin decir nada, caminó de

ropa.

colocó la horquilla de jade en la mesa y habló tranquila:

chaqueta de su traje y se

Señor Vega, aquí

tampoco se quedó mucho tiempo, arregló su maleta

arrepientas -dijo Morgan de la nada, con un tono tranquilo en

detuvo por un momento, finalmente

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