Capítulo 0311

Cira soltó un suspiro y volvió a dirigir su mirada hacia la señora Lirio, preguntándole con seriedad: -Entonces, señora Lirio, ¿ha tenido conflictos con alguien últimamente?

Aurora se cubrió la cabeza con las manos, angustiada: -Ahora mismo mi mente está un caos, no puedo recordar, realmente no puedo…

Cira le ofreció la tableta: -Consegui que la niñera recopilara las grabaciones de seguridad de anoche. Tomé capturas de pantalla de cada invitado que subió. ¿Reconoce a alguien que, cree usted, podría haber herido a su hijo para vengarse de usted?

Aurora revisó las imágenes, una tras otra, y después de siete u ocho, se detuvo abruptamente, sus ojos se abrieron ampliamente: -¡Es ella, tiene que ser ella!

Cira vio en la tableta a una joven: -¿Quién es ella?

Aurora apretó los dientes, llena de odio: -Es mi hermana menor. Siempre ha estado celosa de mi matrimonio con la familia Lirio. Con su madre en una posición favorecida, siempre encuentra formas de ponerme trabas, tanto abiertamente como en secreto. ¡Seguro que no fue con buenas intenciones a ver a mi hijo, tuvo que haber sido ella!

Cira se preguntó a sí misma, ¿acaso no tenían la misma madre?

Pero eso no importaba ahora.

Lo importante era que tenían un sospechoso.

Le dijo a la señora Lirio: -Este tipo de personas, que tienen la intención pero no el coraje, suelen confesar todo cuando se les intimida. Puede decirle que tiene pruebas y que, si no confiesa,

implicará a la policía para recoger pruebas biológicas. No podrá escapar, seguramente confesará todo.

Aurora apretó la tableta con fuerza: -No necesitas decirme cómo actuar, ¡sé cómo obtener justicia para mis hijos!

Así que, al parecer, Cira no tenía más que hacer aquí… o más bien, nunca tuvo nada que hacer aquí. Fue simplemente una desgracia

inesperada.

uno no tiene peso,

a la señora Lirio. Mañana explicaré todo a la señora mayor y

la vista: -¿Te vas

su garganta dolorida: Tengo que trabajar mañana. La residencia de

que decir,

mandas a un conductor

sentido que su

evasiva, como si no pudiera concentrarse.

Lirio te lleve a casa

sus sugerencias. Antes, él no se habría

momento como el agua en la que se infusiona el té, adquiriendo lentamente un

volvían más

habló en voz baja: -No te preocupes, puedo tomar un taxi.

sin mirar a nadie, asintió y se fue.

pensó en detenerla, pero algo le hizo dudar y no lo

apoyándose en la barandilla de la escalera, bajando

irse era

había mirado durante toda la

cajetilla de cigarrillos, cogió uno y estuvo a punto de encenderlo.

la casa Lirio había niños, volvió a meter el cigarrillo en la cajetilla.

salió del estudio: -Morgan, la señora Lirio se ha ido a

descansar.

Morgan asintió: -Gracias.

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