Capítulo0337

Cira frunció el ceño. ¿Deuda desde la secundaria? ¿De qué estaba hablando él? Aunque estuvieron en la misma secundaria, ella solo había escuchado su nombre y apenas lo conocía. ¿Cómo podía deberle algo?

Esa no era la primera vez que él mencionaba que ella le debía, y aún no entendía por qué. Con estas dudas en mente, lo miró fijamente, esperando una explicación.

Morgan, con sus labios delgados como hojas de sauce, afilados y llenos de determinación, finalmente soltó su brazo y, con cara fría, desabrochó su cinturón de seguridad antes de salir por la puerta de su lado.

Sin dirigirle una sola palabra, se dirigió hacia el restaurante. Cira se quedó perpleja. Suspirando, finalmente lo siguió.

Eran más de las diez de la noche y la hora de la cena había pasado, por lo que el restaurante no estaba muy concurrido. Morgan se dirigió directamente a una mesa en la esquina, y un camarero le entregó un menú.

Morgan apenas miró el menú y dijo fríamente: -Traigan uno por cada.

Era decir, quería probar todos los platos.

Cira, al escuchar eso, frunció involuntariamente el ceño: -¿Es una venganza?

¿Estaba malgastando su dinero a propósito?

Morgan levantó la mirada: -¿Te duele?

Ella respondió: -Es solo que parece un desperdicio.

Pedir tantos platos cuando no podrían comerlos los tres.

Trae algunos platos al azar, y el resto, llévalo para los trabajadores

corazón. Él solo quería que ella gastara dinero y la molestára. Ese

haga lo que quiera. No le importaba saldar cuentas, eso era asunto suyo. Al menos, desde la perspectiva de ella, una vez que esa comida terminara, habrían saldado cuentas. Se sentía inocente

de impaciencia oculta entre sus ligeramente maquillados ojos. Algo

ayudé por Estela, o simplemente porque quería ayudarte. Has

encontró con los ojos oscuros como

fuera en Villaherrera o hoy en la sala privada, la

mordió el suave tejido de su labio inferior, recordando poco a poco la noche en Villaherrera. Cada vez que Morgan iba a hablar, Estela

a la señorita López,

pides un

Morgan la ayudaba. En ese momento, incluso pensó que

órdenes de Estela, esa última debería estar segura de sí misma. ¿Por

de enfadarse, sintió ganas de

fríamente, le preguntó:

¿Ahora lo entiendes?

de él era un poco como diciendo:

vistazo y vio una jarra. En ese tipo de restaurante, la comida estaba bien, pero no era un restaurante de cinco estrellas y el servicio no era tan atento, tenían que

en la taza de Morgan: brindo por el señor Vega, agradeciendo su ayuda

satisfecho:

-Entonces,

del señor Vega. El señor Vega conoce mis habilidades mejor

de los atos en Villaherrera y lo

valentía al hablar. Aparte de dar las gracias, realmente no sé qué más decir.

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