Capítulo 0366

La puerta de la suite de lujo apenas se había abierto con la tarjeta cuando el hombre entró abrazando a la mujer.

Cira tropezó con el tapete de la puerta y tambaleó un poco, entonces Morgan la levantó en brazos de inmediato y la colocó en el zapatero del vestíbulo.

Ella ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando la figura esbelta de Morgan se colocó entre sus piernas y la besó directamente.

La besaba con pasión y ardor, incluso con un toque de impetuosidad, como si en ese momento él no fuera el frio e indiferente señor Vega, conocido por su

decisión y firmeza, sino…

Simplemente un hombre.

Un hombre anhelando a su mujer.

Cira, forzada a inclinar la cabeza hacia atrás, con sus labios entreabiertos por él, sintió su mano en la nuca, profundizando el entrelazamiento. Atrapada sin aliento, con la mente en blanco y ligeramente confusa, parecía que… ¿no le había dado su consentimiento, verdad?

Ella solo estaba…

¿Solo qué?

Cira, revuelta por él, tenía la mente hecha un lío, incapaz de recordar nada. En ese momento, lo único que podía recordar era el cielo sobre la plaza, lleno de fuegos artificiales y estrellas brillantes.

Cira, con los dedos aferrándose firmemente al dobladillo del traje de Morgan, lo sintió respirar con dificultad. Entonces él dejó sus labios para besar sus ojos, esa fina piel debajo de ellos.

Cira parpadeó involuntariamente, y en esa mirada, vio al hombre con los ojos cerrados, su expresión dulce y tierna.

especialmente esa noche, había sido demasiado tierno.

de antes.

suavemente curado por alguien, quien

un momento,

forma

por supuesto, lo entendió, y soltó

sonreído. Al verlo, Cira se sintió incómoda, su mano en su ropa pasó de agarrar a empujar su pecho,

oportunidad de retractarse?

barbilla y la besó de nuevo, esta vez con su estilo característico: dominante, autoritario, controlándolo

siquiera habían encendido las luces,

perdida. Morgan besó su barbilla, le quitó la chaqueta y cuando iba a seguir desvistiéndola,

había cerrado las cortinas, la luz de la calle entraba, no se veía claro. Morgan encendió la lámpara de la mesilla.

manchas de

cabeza y preguntó:

hablaba, pero al mirar hacia abajo, recordó aquel cráneo

almohada blanca, en pocas palabras, contó aquella broma.

la policía?

con

alguien de internet, difícil de encontrar, déjalo, y además, llamar a la policía significa ir a la comisaría -no quería volver

preguntó: -¿Aún tienes miedo?

nada,

él bajó la cabeza hacia

Cira en

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