Rómpeme Cúrame y Olvídame

Capítulo 215

En ese momento, Melody vio en los ojos de Darío un torbellino de emociones, más de las que jamás había visto en su rostro antes. Él siempre solía ser indiferente, rara vez mostraba lo que sentía.

Pero ahora, ella podía ver en lo profundo de su mirada una tormenta desbordante, su mundo entero desmoronándose lentamente, como si reflejara el interior de una persona cuya razón se desintegraba росо а росо.

Estaba muerta. Ella… realmente había muerto.

Darío retrocedió tambaleante, se llevó su mano al pecho, tratando de encontrar alivio en ese gesto desesperado.

Pero un dolor agudo y punzante le atravesó el corazón, como si le arrancaran el alma. Darío, pálido, levantó la vista y vio a Melody con los ojos enrojecidos, burlándose con una sonrisa sarcástica, -Esa vida, ya te la devolvió. Darío, de ahora en adelante, nunca más nadie se enredará en tu vida. Tenías razón, ella no era más que una perra para ti. Si murió, murió, no vale la pena que empieces a lamentarlo-

¡Esas palabras con las que él alguna vez la había insultado, ahora se habían convertido en un arma para herirlo!

Darío no sabía cómo había logrado salir de la empresa de Melody, se sentía completamente aturdido, atrapado en una emoción terrorífica de la que no podía escapar.

Sentía que se asfixiaba.

Innumerables imágenes pasaban por su mente, todas eran de Leonora, siempre complaciente y sonriente a su alrededor, como una cucaracha que nunca muere, luchando por vivir, esforzándose por ser la persona que él más necesitaba.

podía imaginar cómo sería si algún día esa mujer ya no estuviera

que el destino dejara

L

girarse, se encontró con Trey tom una taza de café, -¿Tú

era fría

negarlo, -Pero no somos cercanos, es amigo

miró durante un largo rato antes de asentir con un simple, -Ah-

hombre, pero los diseñadores siempre tienen la cabeza en las nubes, así que no se preocupó

volvió a casa con la idea de llevar a Eric a comer algo, pero el niño le dijo, -¡Ya

se sorprendió, -¿Y cuándo

consola de videojuegos, ¡El Sr.

-No

la cabeza, sus ojos se estrecharon sonrientes, -Mámi, ¿es

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10-51

-El y Briar

por un momento y le dijo, -Pero