Capítulo 770

No se sabía cuánto tiempo pasó, pero el rostro de Dalia estaba hinchado, con sangre brotando de la comisura de sus labios, ¡hasta que finalmente se desmayó!

Las manos de Teresa estaban tan hinchadas de golpear, lloraba tanto que le faltaba el aire, con el corazón hecho pedazos en el suelo.

Fue entonces cuando Aspen decidió detenerse.

Teresa, sin importarle sus propias manos lastimadas, abrazó a su hija entre sollozos desgarradores.

Con los ojos enrojecidos, Diego preguntó, “¿Podemos irnos ya?”

Aspen, sacudiendo la ceniza de su cigarrillo, levantó la mirada hacia él con desdén. ¿Irse? Imposible.

Lo que seguía era un castigo que cortaría el alma.

Aspen declaró: “Por insultar a mis hijos, les pongo una multa de un millón. Por insultar a mi mujer, otro millón.”

Al oír esto, Diego estalló: “¡Mi hija ya se lastimó hasta este punto, y encima quieres

dinero!”

Aspen replicó: “Si no quieres pagar, su lengua servirá como compensación.”

Diego sintió un escalofrío. Tener que sacar dinero otra vez, ¡era como pedirle la

vida!

a cobrar, dijo: “Él mismo dijo que estos 10 millones me pertenece, ¡es mi dinero! Si se lo lleva, ¡no tendré con qué pagarles!

la ayuda de los cobradores para enfrentarse

por el cuello por uno de los guardaespaldas de Aspen. Un movimiento en falso

tenían enfrente a un rival duro, los

moverse.

de nerviosismo y sin otra opción, abrió su

1/3

14:41

Capítulo 770

había guardado, ahora los sacaba con

un millón. Cuando

“…Un millón.”

“…Un millón más.”

sus crímenes, jel dinero

el dinero mientras Diego, aferrándose a la

nuestro dinero, no

guardaespaldas, sin hacerle caso, se llevaron la maleta con el

el suelo abrazando a su hija desmayada, lloraba desconsolada,

sentado en el suelo, se sentía

ver el dinero se convirtió

perder, es peor que nunca haber tenido. Ese dolor es peor

lo hizo a

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255