Capítulo 10

En los dias siguientes, Clara estuvo muy ocupada. Tuvo reuniones con el abogado Villas, un hombre muy capaz que le ayudó a aclarar sus ideas en solo unas pocas reuniones.

En su amplia y luminosa oficina, Rayan revisó cuidadosamente los documentos que Clara le había entregado y luego dijo con una sonrisa suave: “Como fuiste enviada por Flynn, te diré directamente que, en el mejor de los casos, tu padre podría ser condenado a dos años“.

Los sentimientos de Clara se tornaron un tanto complicados.

Rayan, con las manos cruzadas, se sentó tranquilamente allí, sonrió otra vez y dijo: “Si Flynn te recomendó, ¿por qué no se encarga él mismo de este caso? Si él lo hiciera, habría una gran posibilidad de anular la sentencia original“.

Clara se sintió incómoda para revelar la verdadera razón y fabricó una excusa: “Quizás el abogado Bécquer no tiene tiempo libre“.

Villas sonrió y no dijo nada. Cortésmente acompañó a Clara a la puerta. Élla le estaba muy agradecida, pero sabía que toda esa atención era gracias a Flynn.

Al salir del ascensor, estaba a punto de llamar un taxi para ir a casa.

“Clara“, alguien la llamó. Ella se giró y vio que era un conocido, Luka Villas.

Luka era un amigo de Raúl, un joven que ya había abierto su propia empresa de comercio. Clara lo había visto varias veces en fiestas cuando aún estaba con Raúl.

Luka

acercó y le preguntó casualmente: “¿Vienes a hacer

“Vine

y dijo: “¿Buscas

se quedó boquiabierta. ¿Luka era el hijo del abogado

a comer! Somos conocidos, si puedo ayudar

momento, pero luego

se sentó en el

bien al estar con Luka. ¡Era demasiado amigable! Apenas se conocían, solo habían

no quería ofender al hijo de

a que Clara se pusiera el cinturón de seguridad y preguntó: “¿Qué te apetece comer?”

ningún reparo, Clara sugirió:

Él pisó el acelerador.

viaje, su mente estaba llena de detalles sobre el caso. Luka no la molestó. Solo la miraba en silencio cuando esperaban en los semáforos. Siempre le había gustado Clara, pero nadie lo sabía. Raúl menos, no tenía idea

él!

frente a un restaurante tailandés. Era muy popular debido

junto a la ventana y cuando fue el momento de ordenar, Clara tomó la iniciativa y dijo: “Yo invito

sonrió y dijo: “No me lo esperaba, Clara, eres una chica

sabía que estaba bromeando y mientras ordenaba la comida, dijo: “Luka, deja de bromear, invitar a cenar no es

complacer a su padre

la puerta. No eran otros que

se cubrió la cara con el menú, pensando que involucrarse

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