Capítulo 0160

Luis también notó de inmediato a Silvia y le lanzó una mirada bastante tranquilizadora antes. de dirigirse a Julio con un ligero gesto de mano.

Señor Ferrer, es un placer conocerlo.

No había ninguna tensión esperada; la interacción entre los dos era extremadamente cortés. Julio estrechó con firmeza la mano de Luis y luego se volteó hacia Silvia para presentarla:

-Esta es mi esposa, Silvia.

Durante el intercambio de saludos, Julio rodeó la cintura de Silvia con el brazo. Ella intentó apartar su mano, pero él apretó con más fuerza, sin mostrar signos de querer soltarla, incluso cuarido Silvia le rasguñó la mano hasta hacerla sangrar. Sin embargo, el mantuvo una expresión tranquila y totalmente serena. Luis observó todo en completo silencio, sin mostrar ninguna señal de sorpresa.

-No es necesario presentarla, Silvia y yo hemos sido grandes amigos desde la infancia. La conozco incluso mejor que usted, señor Ferrer–dijo Luis.

¿Conocerla mejor que él? Los ojos oscuros y sombrios de Julio se fijaron en Silvia.

-Querida, ¿cómo es que nunca mencionaste a este amigo de la infancia?

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muy amargada en lo profundo su corazón. Solo en esos momentos él estaba dispuesto a llamarla «< querida». Después de todo,

vez lo olvidaste–respondió

lo que ella decía, ni

termine de hablar con el señor López sobre el trabajo,

-No es necesario.

muy bien que estaba diciendo

ella, mostrándose deliberadamente cariñoso,

con ustedes juntos a mis espaldas en el futuro?

miró friamente. Julio se encontró con sus ojos claros y fríos, sintiendo un fuerte escalofrio en lo más profundo de su

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ambos, sintiendo una mezcla de resignación y enfado total en su interior. Después de todo, Silvia seguía siendo la esposa de Julio en ese momento, mientras que él, en nombre, era

directamente con

le dolia. Adrian le trajo un vaso de agua.

¿es necesario

lo miró asombrada y le preguntó:

decir con «

en

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