Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 24

Era un respeto mutuo lo que teníamos. Me engañé a mí misma pensando que Isaac era así por naturaleza, pero Sonia seguramente sabía, sabia todo sobre el pasado de Isaac y Andrea. Ella no pudo encontrar las palabras para aconsejarme. Cuando cerré la última maleta, finalmente se escuchó el sonido del motor de un carro en el patio.

Isaac habia vuelto.

Probablemente Sonia le habia dicho algo, porque subió las escaleras rápidamente. Al ver las maletas alineadas, su mirada finalmente se fijó en mi frente, y su voz sono un poco ronca: “Tu frente, ¿cómo te lastimaste?”

Sonrei con ironia y le dije: “No es nada, solo tuve un accidente mientras tú estabas en una cita con ella.”

Su mirada fría se detuvo un momento.

Me paré junto a la cama, apretando la palma de mi mano y le dije: “Isaac, nosotros…”

-Deberíamos divorciarnos.

Había tomado mi decisión, sabiendo que no había vuelta atrás. Pero en ese momento, al ver al hombre que había amado claramente durante siete años, mi garganta se sintió bloqueada, y esas palabras se me hicieron dificiles de decir. No sabia si era él a quien no podía soltar, o si no quería dejar ir a la persona apasionada que solía ser.

“¡Cloé!”

de mis palabras. Dio tres pasos en dos y me abrazó diciendo:

“¡Sueltame!”

fria mezclado con perfume femenino invadió mis fosas nasales, me senti tan mal que quería vomitar, luchando desesperadamente y gritandole: “Déjame ir! ¡Isaac!”

“No.”

fuerza era enorme y mi resistencia no significaba

una profunda respiración preguntándole: “¿Por qué insistir? Estoy dispuesta

su voz sonaba tensa: “Cloé, nunca pensé

“¿De verdad?”

la más mínima alegría. Mi emoción escalaba e histéricamente dije “Pero yo si quiero, estoy cansada, ino quiero seguir viviendo así! ¡No quiero que siempre haya unal tercera persona

sucederá, de

como temiendo lastimarme y se

“¿Nunca más?”

la oportunidad para empujarlo con fuerza, mirándolo desilusionada y recordándole: “¿Lo olvidaste? Dijiste lo mismo hace una semana. También

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Capitulo 24

que solo estaba hablando por hablar. No sabía que esas palabras, en realidad, eran más para mi misma. Si sucedía una vez más, ya no

e dijo: “Ella intentó suicidarse cortándose las muñecas

ir a ver cómo