Diario de una Esposa Traicionada

Capítulo 42

“¿De verdad quieres agradecerme?”

Al llegar al carro, David empujó a Thiago hacia el asiento trasero, se recostó contra el carro y me miró sonriendo con los ojos bajos.

Asenti: “Por supuesto.”

“Entonces prométeme que no me dirás gracias’ todo el tiempo.”

Esa frase tenía un tono inusual, antes de que pudiera reflexionar sobre ello, él sonrió de nuevo y agregó: “Parece muy distante.”

Me reí suavemente y dije: “Está bien, lo tendré en cuenta.”

Justo entonces llegó el conductor designado, él le pasó las llaves y con una mirada cálida dijo: “Me voy, sube rápido.

Cuando subi, el salón ya estaba vacio. Isaac no estaba y senti un vacio en el corazón. Pero solo fue por un momento. Irse sin decir palabra siempre había sido su estilo. Supongo que otra vez fue algo urgente con Andrea.

Volví a mi habitación y suavemente desperté a Leticia: “Leti, despierta, voy a cambiarte el pijama para que duermas más cómoda.”

“Mmm.”

y me abrazó, dejándome cambiar su camisa mientras murmuraba: “Buena Cloé, mi buena Cloé, nadie te va

o qué?” No

suaves en el salón. Con los ojos aún medio cerrados, me dirigí

un poco la barbilla de manera orgullosa y dijo: “Estoy hermosa, verdad?”

la más

contener mi sonrisa. Era la chica más linda que había visto, de esas que te dejan sin aliento desde el primer momento. En ese momento, con su ropa de yoga,

dijo: “Solo

al baño a lavarme

terminó su yoga y entró, mirando mis orejas desnudas y

“En el cajón”

mis cejas y solo le señale

mientras los colocaba en mis orejas, afirmó con convicción: “Estos rubies

1/2

Capítulo 42

tengo?” Pregunté casualmente con

y confiada, elegante

diciendo: “Con esos elogios,

de Isaac, no me importaría hacerlo por amor.”