Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Capítulo 1313

Elia se sentia tan mal que le costaba respirar, su estómago se contraía espasmodicamente y se sentia muy incómoda, por un lado odiaba a Liuva y, por otro lado, sentia una profunda decepción y dolor por Asier.

Las grandes manos de Asier recorrian su espalda, y a pesar de la tela que los separaba, ella podia sentir el calor de su palma y la rugosidad de sus callos.

Eso le provocaba un torbellino de emociones, entre palpitaciones y pánico.

Dio un paso adelante para alejarse del contacto de Asier: “Señor Griera, ha llegado la persona a la que deberías prestar atención, mejor ocupate de ella.”

Elia terminó de hablar con frialdad, sin siquiera mirar a Asier, se dio la vuelta y se fue.

Asier sintió una punzada en el corazón, sabia que Elia estaba siendo sarcastica.

Frunció el ceño y una frialdad se apoderó de él.

“Elia, no te vayas, por favor. Hay un documento aquí de mi padre que no entiendo, ¿me ayudas a revisarlo?” Liuva se acercó rápidamente, bloqueando el paso de Elia.

Con una sonrisa, levantó los documentos hacia Elia.g2

Al escuchar que Liuva tenia un documento de su padre, las palabras quemaron el corazón de Elia como un hierro al rojo vivo, marcándola con un dolor profundo.

¿Acaso Gabriel iba a revelar públicamente que había forzado a Rosalinda?

corazón de Elia saltó a su garganta y extendió la

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mano instantáneamente, negándole la

que realmente quieres!” Elia

dicho nada, ¿por qué te alteras tanto?” Liuva tenía una sonrisa

Lluva de quedarse al

a Asier, tampoco dejaría que Elia lo

había estado con innumerables

mujeres con las que había estado en

en la cama, las frases y escenas eran escandalosamente

Elia no sabía qué tramaba Liuva, intuia que no

y la preocupación se apoderaron de ella,

que su madre apenas empezaba a recuperarse

nuevamente arrebatar

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Capitulo 1313

daré si quiero, pero no te lo daré si tú lo quieres! Liuva levantó la mano

sostenía fueron arrebatados

voltearse, vio que Asier había tomado los documentos, su arrogancia se desvaneció, y se quedó sin palabras

los documentos,

Elia latia descontroladamente, y rápidamente se abalanzó hacia adelante: “¡No lo