Capítulo 47

Pronto, el olor del tocino dorado con cebollas y del huevo frito le mostró que ya el desayuno estaba listo.

Violeta apagó la estufa y se giró, quedándose sorprendida al ver a Rafael de pie.

“Humm, Sr. Castillo”, pensando que estaba usando su cocina, le preguntó: “¿Tienes hambre? Ya preparé el desayuno, ¿quieres comer…?”

“Bien”, contestó Rafael mostrando una pequeña sonrisa

Después de decir eso, incluso él se sorprendió.

Parecia que desde que su madre murió, habia pasado muchos años sin desayunar de verdad.

La mayoría de las veces sólo tomaba una taza de café negro sin azúcar ni leche, con un sabor amargo que se extendía desde su garganta hasta su estómago, pero también revitalizaba su espiritu.

Rafael se sentó, repentinamente frente a él habla un plato de huevos fritos con tocino.

“¿Siempre cocinas tu comida?”

Levantó la mirada para preguntar, ya que desde que la vio preparar el desayuno con destreza, pudo darse cuenta de que tenia experiencia.

“Si”, respondió Violeta desde el otro lado de la mesa, explicándole honestamente: “Mi abuela siempre me decía que la comida de la calle era cara e insalubre, que es mejor cocinar uno mismo, es más económico y seguro”.

Rafaella miraba, todavía llevaba puesto su delantal, y sus ojos brillaban ligeramente, “No hay muchas mujeres que cocinen hoy en dia”.

Al escuchar esto, Violeta sólo sonrió un poco.

Esto se debe a que él, con su estatus e identidad, sólo está rodeado de damas de alta sociedad o de mujeres ricas como Estela, y no de mujeres pobres como ella. Por lo tanto, no podia entender la idea de que los pobres debían aprender a cuidar del hogar desde temprana edad.

Violeta bajo la vista hacia su plato, y cogió sus cubiertos, “No sabía qué es lo que te gusta cocinar, sólo hice huevos con tocino, te daré la mitad de mi desayuno!”

Al partir el huevo, se podía ver su yema dorada.

Le dio la parte más grande a Rafael, ella mordió el extremo de su tenedor por costumbre.

Al ver que la miraba fijamente, pero no comía, Violeta pensó que estaba disgustado y se apresuró a aclarar: “Los cubiertos están limpios, todavia no los he usado!”

¿Acaso antes no he probado tu saliva?” Rafael le respondió tranquilamente.

se atragantó con su

Rafael tomó un pedazo de tocino con su tenedor,

contenerse y le preguntó nerviosamente como un estudiante esperando la corrección de su

respondió Rafael con la

inexplicablemente soltó un suspiro de alivio.

Rafael golpeó el borde de

cuenta de lo que él queria decir, miró hacia

“Prepáramelo todo”.

“Si

levantó con su plato vacio y preparó todo el tocino que quedaba en la

con su tenedor, después él

pequeña alegría en su corazón al ver que le gustó el

ventana con las persianas levantadas, y

con Rafael, Violeta de repente sintió que ya no estaba

si tenía que trabajar horas extra en la oficina, constantemente se ponia ansiosa, temiendo que llegar tarde a su trabajo nocturno en el

para irse. Cuando Violeta salió del ascensor, su

“SI”, asintió Violeta.

su compañero sonrió y sacó sus llaves del coche, “Tengo que llevar algo a la casa de

llevarte de camino”.

no pudo rechazar la oferta

estaba tan congestionada, y tanto el puente de arriba como el de abajo estaban despejados, sólo se detenian ocasionalmente cuando se encontraban con

una conversación, “Violeta, ya es realmente dificil tener la oportunidad de hablar contigo fuera

trabajo alli”, contestó Violeta con una sonrisa.

trabajando, eres una chical” Su compañero asintió, la miró un par de

con

ya no era suyo, y en su corazón vivia otra

hacia abajo, no vio la alegria en los ojos de su

su bolso

a su compañero sin querer, “Espera, tengo que contestar

la pantalla decia “Rafael”, el nombre

“¿Dónde estás!?”

llamada, la primera cosa que

poco sorprendida, “¿Yo? Estoy

quién es el coche?!” Rafael continuó reclamando.

pero aun así respondió honestamente, “De un compañero de trabajo, él está llevando cosas a la casa de su

de dos segundos en la llamada,

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