Capítulo 437

Ella asintio levemente y dijo. “SI…”

Al ver que cerraba el cajón con su larga pestañas caidas, Rafael pensó que estaba extrañando a su madre.

No estés triste, me tienes a mí y a nuestro hijo para acompañarte.”

“Si, lo sé.” Dijo Violeta con una mirada melancólica en su rostro.

Sintiendo la presión de su mano sobre su hombro, Violeta levantó la cabeza y le sonrió, colocando su mano

sobre la de él.

Con él y su hijo a su lado, la sensación de soledad en su corazón ya habla desaparecido. Solo que pensar en su madre, enterrada bajo tierra por años, le recordaba que ella sí estaba sola…

Rafael movió su mano hacia abajo para abrazar su cintura y dijo con una sonrisa, “Tengo un plan. Quiero trasladar las lápidas de mis abuelos del campo a Costa de Rosa y después reconstruir la de tu madre. Así, si decidimos vivir en otro país, ella no estará sola, tendrá a sus seres queridos cerca.”

Ella había decidido enterrar a su abuela en el campo porque sabía cuánto su abuela había extrañado a su abuelo, pero en ese momento, si los reunia, no habría problema. Estarían contentos de acompañar a su hija,

incluso en el más allá.

Violeta se mordió el labio.

No esperaba que él pudiera ver lo que ella estaba pensando. Conmovida, preguntó, “¿Será muy complicado?”

“No,” respondió Rafael, de manera simple y clara.

¿Cómo podría ser un problema si se trataba de algo para ella?

Violeta se giró en sus brazos, se puso de puntillas, rodeó su cuello con sus brazos y dijo. “Rafael, jeres tan bueno!”

Rafael bajó la mirada, aceptando de buen grado el beso que ella le ofrecía.

Después de la cena, la noche cayó y la luna brillaba alta en el cielo, derramando su luz blanca sobre la tierra.

Cuando la puerta del baño se abrió, Violeta, que estaba de espaldas, acababa de colgar su celular.

Rafael dejó de secarse el cabello con la toalla y se acercó a ella en silencio, con pasos suaves. Cuando estuvo detrás de ella, la abrazó por sorpresa.

Violeta, sorprendida, dejó caer el teléfono al suelo.

Rafael la rodeó con un brazo por delante de su pecho, abrazándola fuertemente y susurró en su oido, “¿Con quién te escondías para hablar? ¿Eh?”

Violeta se volvió para mirarlo, respondiendo en voz baja. “Fue Marisol quien llamó…”

Él notó su preocupación y preguntó, “¿Qué pasa?”

Ella recogió su celular del suelo y le dijo con los labios apretados, “Ella quiere mudarse. Quiere que la acompañe a buscar un nuevo lugar…”

Al oir eso, Rafael también se sorprendió.

Violeta se preocupó aún más. Ese apartamento había sido un regalo de Antonio para Marisol, y ella estaba decidida a dejarlo, con un tono de voz que demostraba una profunda reflexión y un cansancio que no podia ocultar.

que los había visitado, pensó

nada. Por más que discutan, tienen al bebé que Marisol leva en su vientre ¡No podrán separarse tan

S Violeta asintió.

esa forma, no podía evitar

fuiste de casa, te prometi que

acuerdo con su idea y añadió. “Hagámoslo en casa, será más fácil hablar. Mañana por la tarde iré al supermercado a comprar algunos ingredientes y preparar una cena

casera.”

dio cuenta de algo y protesto, “Oye.. ¿cuándo me fui de casa?”

levantando una ceja como preguntándole si no se acordaba.

los hombros, de repente

rostro caido y murmurando para si misma, no estaba de acuerdo en su interior; después de todo, lo suyo más bien habia sido no volver a casa

de pensar en los problemas de los demás

Violeta preguntó,

eso de ahí abajo… Rafael tiró

solo tenía una toalla alrededor de la cintura, y ni siquiera sabía si llevaba puestos los calzoncillos, sus palmas estaban tan

de Violeta

se inclinó, la levantó sobre

cama con ella.

tirar de su camisón, no se olvidó de preguntar

vez, la noche se arruinara después de que su hijo entrara.

errada y… con llave…” dijo Violeta

deseo. Pasó de dominante a tierno, se apoderó poco a

sensibles rincones…

noche se agitaba y el quebrantado sonido de Violeta no podía

que él tejía, su conciencia borrosa solo podia repetir su nombre una y

vez, “Rafael

día siguiente, como había planeado la noche anterior, Violeta fue al supermercado.

la caja, notó una figura familiar y esbelta saliendo de la caja

iniciativa de hablar,

tono agradecido y añadió, “Violeta, pensé que después de lo que dije la

mucho menos dije que te perdone…”

limites, y tomó la iniciativa de cargarle la bolsa de compras, ¿Cómo es que cargas tantas cosas sola?

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después del trabajo, me pidió que lo esperata en el supermercado,

al escucharla.

que también había comprado muchos artículos en su bolsa de compras,

ella dijo con cierta vacilación previa, “La

importara demasiado, era más por Rafael. Aunque él se mostraba decidido y no preguntaba

bolsa de compras, vacilo un poco, pero aun asi le dijo la verdad, “Bianca ha

“Oh.” Violeta entendió.

pero no era fuerte, y mirando a Elias, quería

vio un pequeño colgante en su cuello, escondido bajo su camisa, y se tragó sus palabras.

sobre un pequeño banco de piedra y dijo,

y lo vio

Si hubiera sido cuatro años atrás, habría llegado en un coche deportivo llamativo, mezclándose ruidosamente con el tráfico.

Range Rover

carretera.

ocultó nada y dijo, “¡Me encontré con Elias

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