Silvia llega a la clínica

Qué pequeña se había vuelto la ciudad, el Ceo Altamirano y el Ceo Mendoza encerrados en una misma habitación cuidando a sus adorados hijos, esto si que era épico, ambos eran excelentes padres, la diferencia es que uno tenía el amor de Camill y el otro de encontraba en soledad, ni siquiera la madre del niño estaba con él Cristóbal hemos pasado toda la noche aquí, ya dormí un poco deberías ir a luna turquesa a descansar unas horas, propuso Camill al ver el cansancio en el rostro de su esposo El Ceo que no dejaba de revisar a su hijo de vez en vez habló, por supuesto que no Camill, no dejaré solo a mi bebé en situación de cama ni a ti sola cuidándolo! estoy bien, tomaré una breve siesta aquí en este sillón, ven déjame reposar la cabeza en tus piernas , está mujercita está demente si piensa que me iré dejándola a solas con el lobo de Mendoza, ese es capaz de convencerla de que crien a los dos bebés juntos y me abandone! 

Camill se sentó en el sofá y dejó que Cristóbal apoyara su cabeza en sus piernas mientras ella acariciaba su largo cabello, eso lo arrullo quedándose de inmediato dormido, la hermosa Camill cubrió a Cristóbal con una manta para que no sintiera frío, el Ceo estaba en verdad muy cansado, Rodrigo desde su lugar observaba el cariño que su expromerida le daba a su esposo, no podía negar que verla le calaba hasta los huesos 

En la mediodía del domingo se escuchaban unos gritos en recepción, era nada más y nada menos que Silvia, se había enterado por la niñera que el bebé Alejandro había sido llevado a la clínica y había venido muy ofendida según ella con Rodrigo, ella alegra que venía a ver a su hijo 

novia y desafortunadamente madre de su hijo, que es lo que está

aún así continuó con su berrinche segura de que por ser la madre del hijo del CEO no tendría más remedio que dejarlo pasar, la mujer no tenía criterio y no se comportaba ni siquiera por estar en una clínica

lo amaba y quería hacer lo mejor para él, Rodrigo sabía que para todo niño tener a sus padres juntos siempre era lo mejor pero

pudo preveer lo

desgraciada! le arrebató enseguida de las manos al niño sin importarle

Silvia seguía gritando histérica, por ella no me trajiste anoche a acompañarte! todavía estás enamorado de

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