—¿Eres tú, hijo mío? ¿Eres tú? —gritó Beatriz con suavidad.

A pesar de que el conjunto arcano había sellado la mazmorra, imposibilitando así que se escapara sonido alguno de su interior, Jaime se quedó helado porque intuyó algo.

Le parecía haber oído que su madre le llamaba.

—¿Madre? ¡Madre! —gritó Jaime, y un haz de luz dorada salió de su frente. Utilizando su sentido espiritual, estaba decidido a ver a su madre, ya que la puerta de piedra no podía romperse.

Por desgracia, su sentido espiritual no pudo penetrar la puerta de piedra. Aparte de un aura apagada y débil, Jaime no podía sentir ni ver nada más.

Sin embargo, estaba seguro de que el aura débil pertenecía a su madre.

—¡Ah!

Tras su repentino y alocado rugido, su energía espiritual se hizo más fuerte, y la Espada Matadragones que llevaba en la mano vibró con más intensidad.

—¡Madre! Madre…

Jaime golpeó la puerta de piedra con la Espada Matadragones con todas sus fuerzas.

Rayos de luz salieron al instante de la Espada Matadragones. La formidable aura hizo huir a Giovanni. Si se quedaba, su cuerpo se haría pedazos.

Jaime siguió acuchillando la puerta hasta empaparse de sudor. Sólo se detuvo y cayó al suelo derrotado cuando agotó su energía espiritual.

Para entonces, los edificios de alrededor ya se habían derrumbado. Sentado en el suelo y mirando a la puerta de piedra, lanzó un aullido desesperado.

—Madre, Madre…

gritos de Jaime estaban llenos

más cerca que había estado de su madre. Su madre

aplastado por

imposible atravesar la matriz arcana. Por desgracia,

a René y a Ramón. Si Ramón moría por su culpa, Jaime no podría vivir consigo

que algún día

inclinó en dirección a la

calabozo, Beatriz sintió la presencia de Jaime. Mientras las lágrimas corrían por sus mejillas,

mío, confío en

levantó poco a poco y se volvió impotente porque tenía que salvar

volviéndose para echar un vistazo a la puerta de piedra después de dar unos pasos atrás. Apretando los dientes, por fin dio media vuelta y

su poder era suficiente

—Modre, Modre…

de Joime estobon

que hobío estodo de su modre. Su modre estobo justo delonte de él, pero no podío

por lo

poro encontror el núcleo, no le serío imposible otrovesor lo motriz

que solvor o René y o Romón. Si Romón morío por su culpo, Joime no podrío

te juro que olgún dío

inclinó en

Beotriz sintió lo presencio de Joime. Mientros

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