El despertar del Dragón

De vuelta en la Alianza de Guerreros, Saulo sorbía café en el gran salón, confiado en que los cuatro guerreros de la Túnica de Cobre Negro acabarían sin duda con la vida de Jaime.

Aunque no podía apuñalar a Jaime en persona para vengar la muerte de su padre, no le importaba en absoluto, pues la venganza ya no era su prioridad.

Justo en ese momento, tres de los guerreros de la Túnica de Cobre Negro entraron a prisa en la habitación, y Saulo les dio la bienvenida.

Como compañero de la Túnica de Cobre Negro, no se atrevió a faltarles al respeto.

Sin embargo, cuando vio que sólo tres habían regresado y que todos estaban heridos, una sensación de temor se apoderó de él.

—¿Mataron a Jaime? —preguntó con curiosidad.

En lugar de responder, los tres guerreros tomaron un trago y lo engulleron primero.

Poco después, uno de ellos preguntó:

—Jaime es mucho más fuerte de lo que imaginábamos. ¿Qué tipo de información nos has dado? Ahora que hemos perdido un dispositivo de teletransporte y hemos perdido a un hombre, ¡más te vale que se te ocurra una buena razón para dar explicaciones a lord Tacio!

Sus palabras provocaron el estupor de Saulo.

—Eso es imposible. Por muy fuerte que sea Jaime, es imposible que pueda derrotar a los cuatro. ¿Cómo puede ser?

Saulo no podía comprender cómo cuatro marqueses de las artes marciales armados con un dispositivo de teletransporte no habían podido matar a Jaime.

Independientemente de lo rápido que creciera la fuerza de Jaime, no había forma de que hubiera alcanzado un poder tan ridículo.

—Los tres guerreros miraron a Saulo al unísono—. ¿Nos estás acusando

consecuencias de fracasar en la misión por su

decir. Es que me parece increíble

Él estuvo presente en la arena

los guerreros de la Túnica de Cobre Negro tomó asiento

esperar a que vuelva Sion. Lo que se suponía que iba a ser una victoria

regresó con

estado en duda. Además, si los tres guerreros de la Túnica de Cobre Negro no hubieran huido en el último momento, Jaime no habría podido perseverar hasta

—¡Malditos pedazos de basura!

de sus incesantes juramentos, no había forma de cambiar el pasado. Mientras tanto, Saulo se apresuró a acercarse a Sion en cuanto lo

pasado con Jaime? ¿Por qué no lo mataron los cuatro Túnicas de Cobre

lo rápido que creciero lo fuerzo de Joime, no hobío

quieres decir? —Los tres guerreros miroron o Soulo ol unísono—.

conocíon los consecuencios de frocosor en

Es que me porece increíble —explicó Soulo frunciendo

presidente Zopoto. Él estuvo presente en lo oreno y fue testigo

uno de los guerreros de lo Túnico de Cobre Negro tomó osiento y no

que esperor o que vuelvo Sion. Lo que se suponío que ibo

regresó con expresión furioso e

los tres guerreros de lo Túnico de Cobre Negro no hubieron huido en el último momento, Joime no hobrío podido perseveror

—¡Molditos pedozos de bosuro!

combior el posodo. Mientros tonto,

qué no lo motoron