Ana y Andrés tan solo se negaron a creerle.

Al no poder convencerlos, Jaime se encogió de hombros con resignación.

—Ya que no me creen, tendré que demostrarles. No me extraña que la gente diga que las mujeres no confían. Es cierto.

Apenas hubo hablado Jaime, dio un suave golpe con la mano mientras miraba a los cuatro hombres de negro que gemían.

De repente, un aura estremecedora descendió sobre el espacio.

¡Pum!

Los cuatro hombres estallaron en papilla que se esparció por todo el suelo, como copos de nieve. Era como si nunca hubieran estado ahí.

Ana y Andrés se quedaron atónitos al ver la devastación instantánea.

Ana tardó un buen rato en recobrar el sentido. Fue entonces cuando su sorpresa se convirtió en alegría.

—Yo... no esperaba que realmente fueras un Gran Marqués de las Artes Marciales. ¡Esto es maravilloso!

abrazó a Jaime y le dio besos por todo

atónito a

de Sanromán es demasiado

sus intentos por mantener las distancias, Ana se negó a soltarlo. Durante el forcejeo, un aura aterradora se apoderó de él,

pelos de punta, Jaime nunca se había

se dio la vuelta, se

fuego. La aterradora visión simplemente hizo

quisieras ir de compras con nosotras. Resulta que has venido a ver a esa chica Sanromana que además resulta

fue la primera en comentar, pues ya había conocido a Ana

ambas estaban en constante conflicto cuando se trataba de competir por la

abrazaba a Jaime y lo besaba,

que Jaime se relacionara

clandestina de Jaime y

llevaba con Jaime. Por lo tanto, sentía que Ana la había superado en cuanto a su

vez eres más avaricioso —comentó René

gustan las chicas de Sanromán. No me extraña que no te importara que mi hermana se lanzara a por ti —se mofó Moly

vergüenza, Cecilia la reprendió de

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