Acosador.

Mi madre propuso un brindis, ni bien nos vio volviendo al jardin, las palabras de mi madre me conmovieron y por poco suelto unas lagrimas al frente de todos los invitados.

Sarah es la luz de mi vida, es mi sueño hecho realidad. Desde el primer momento que la tuve en mis brazos, supe que sería una

mujer fuerte, capaz y lo ha venido demostrando con su esfuerzo por ser una buena hija, una buena madre y una gran empresaria,

aunque muy testaruda y orgullosa eso no se puede negar. Es su esencia y no podia estar más orgullosa de ser su madre, su amiga y su

apoyo incondicional. Estoy agradecida de tenerte de vuelta y gritar a los cuatro vientos, Sarah Doinel es mi hija. ¡Salud! sonrei de oreja

a oreja por las palabras de mi madre y rápidamente, entre todos tintineamos nuestras copas de champagne unas a otras.

Cuando mi copa llegó con la de Alexander, lo miré mientras recordaba la conversación con mi padre, cada una de sus palabras.

resonaron en mi cabeza y no fui capaz de sostener la mirada mientras mi pulso se descontrolaba sin poder evitarlo.

Me aleje rápidamente seguir brindando con los demás y cuando llegué con Jack me felicitó por mi cumpleaños y me pidió unos

minutos para conversar.

-Hay un pequeño inconveniente de último momento con la reservación del avión privado. Disculpe, sé que es su cumpleaños y no

deberia molestarla con asuntos de trabajo, pero ha planeado viajar mañana y necesitaba avisarle cuanto antes para buscar una solución.

-Jack me informó con el rostro preocupado y solo para mi, él sabia que no queria que nadie se enterase sobre esto, el único que lo sabia

era Vincent y en este momento estaba con sus hermanos y con Abby que hablaba animadamente con Bastian.

Miré a mi alrededor, cerciorándome que nadie estuviera cerca para escuchar nuestra conversación.

Jack, ¿qué ha pasado con la reserva? ¿No lo habias hecho ya? -pregunté disimuladamente mientras tomaba despreocupada de mi copa y mis ojos se fueron casi en automático a aquel hombre de ojos color miel que me miraba de reojo sin dejar de prestarle

atención a Tristan.

Desde luego que si, es solo que sus padres tenian una reservación para viajar a Londres y lo han adelantado para mañana y como usted me dijo que esto tenía que ser bajo perfil, no quise discutir el asunto. -miré confundida rápidamente a Jack cuando soltó aquella

información y volvi la vista hacia Alexander,

¿Mis padres viajan mañana y no me han avisado?-pregunté para mi misma, aunque no me extrañaba en lo absoluto, seguramente estaban esperando para celebrar mi cumpleaños y tener unas pequeñas vacaciones para ellos. -Qué más da. Gracias por avisarme a tiempo, Jack, en ese caso, compra un ticket de avión en primera clase, el primero que salga por la mañana. -bajé la voz cuando me di cuenta de que la asistente de Alexander pasó muy cerca de nosotros.

-Cuente con ello, lo arreglaré enseguida. -dijo a punto de retirarse, pero se detuvo para mirarme de arriba abajo y luego mirar hacia el pelinegro junto a mi hijo. -Lucen muy bien, me refiero a usted, el Sr. Lancaster y Tristán, si no conociera la situación entre ustedes, pensaría que son una familia feliz, al menos eso me ha parecido. Con permiso. -con aquello finalizó dejándome sin palabras y lo vi alejarse de mi sin darme oportunidad a responderle.

¿Una familia feliz? Estamos a anos luz de serlo.

Me quedé de pie por unos segundos más, sin dejar de repetir aquella frase en mi cabeza y de pronto cai en cuenta que no podia apartar mis ojos del padre de mi hijo. Bebi de un solo trago lo que quedaba en mi copa y caminé apresurada hasta los invitados mirando

lado

creer que las palabras de mi padre me habian ablandado,

mi y en la forma de ver las

no significaba que iba a cometer un error del que

la villa la noche anterior y aprovecho para ayudarme a empacar mis cosas, aunque

hal ria con

despedirme de él sin ser capaz de despertarlo, lo iba rañar,

habitación, el regalo de Alexander llamó mi atención y después de meditarlo un par de veces, tomé la bolsa y la guardé en mi maleta, aprovecharia este viaje par dejar el

pues habia decidido ir lo más cubierta posible, con gafas y

vuelo a New

treinta años totalmente ebria y no puedes ni levantarte

carcajada

Vale, solo no me difames demasiado. -dije cuando mi risa ceso y él asintió como si fuera a acatar la orden al pie de la letra. Y otro favor, införmame sobre el viaje de mis padres y si preguntan

Doinel. Cuidate mucho. -asenti con mi cabeza y le di un rápido abrazo antes de

asiento reservado, solté un largo suspiro con los ojos cerrados, en serio esperaba que este viaje funcionara,

los Dubois y le den los años

verlos nunca más en

por mi cabeza como para tener que imaginar que Alexander era el que hablaba en el asiento contiguo. Sal ya de mi cabeza. – No recuerdo

encontrándome con ese

mio, no puede ser, no estaba alucinando. -murmuré para mi misma y

mala suerte en la vida. -¿Qué estás haciendo aqui?-pregunté

con sus largos

tú. -respondió tranquilo y le lancé una mirada de pocos amigos porque sabia

esa no era la respuesta que esperaba. -No pensarás que dejaré que visites a Rachel sola. – mis ojos por

iria por Rachel, solo lo sabiamos tres

que Vincent no

Jack…

convencido? -pregunté directamente y sin rodeos, por su sonrisa supe que

justo en

a Cristina. -me rei sin

mi vuelo con Jack, pero, ¿cómo es posible que

realidad no ha dado información directamente, Cristina ha escuchado que viajarias y uso sus

yatar cabos.

el hombre a mi lado,

seguirme?

acosando. aquello. Más que una pregunta era una afirmación y Alexander negó

lo veo de otra manera. Si tu te lanzas de un

seguir hablando con ese hombre, no tenia sentido iniciar una discusión, si

dejaria.

en

no diria una palabra más y

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