La Novia Equivocada Novela de Day Torres
Capítulo 98
JUEGOS DE SEDUCCIÓN. CAPÍTULO 16.
¡Ese baboso estaba deshonrando a nuestro tesorito!
Sophi sonreía porque tenía que sonreír, pero en el fondo seguía sintiendo aquel mismo vacío insoportable que le ponía las lágrimas al borde de los ojos cada cinco minutos.
La familia regresó a la casa, pero ella y Will se quedaron un poco más en el puerto, disfrutando del aire del mar y tratando de encontrar esa paz que Sophi tanto necesitaba.
Finalmente regresaron ya bien entrada la noche, se despidieron de todos y se fueron a la casita de huéspedes. Una hora después Sophia salía sigilosamente y cruzaba una de las puertas traseras de la propiedad. Afuera la esperaba un hombre grande, greñudo y sonriente que la abrazó apenas la vio.
¡Connan! —exclamó ella colgándose de su cuello.
-¡Jefecita! —dijo él dándole un beso cálido en la mejilla.
Aclaremos algo, sí, se conocían. Se conocían muy bien porque Sophia era desde hacía tres años la CEO de Kings Holding Corporation en Europa. Connan había asistido a más de una reunión de la compañía como Director de Fotografía publicitaria, así que era imposible que no se hubieran conocido.
Sin embargo quien realmente le había movido el suelo a Connan Bergman, había sido William. Llevaban dos años viéndose. Como a los dos les tocaba mucho viajar, siempre acababan encontrándose tres o cuatro veces por mes, y aquella relación cada vez se había hecho más fuerte. Así que ahora estaba allí, como Romeo, listo para trepar el balcón, o en este caso el muro de la mansión King para ir a ver a su amado.
-Tampoco exageres, tengo una llave – le dijo Sophia cuando lo vio con intenciones de saltar la pared y los dos se ahogaron de risa.
-¡Te adoro, eres la mejor!
Se metieron a la propiedad y muy pronto Connan se coló por una ventana de la casita de huéspedes. Sophi hizo un puchero cuando lo vio besar a Will como si no lo hubiera visto en diez años y suspiró.
-¡Cierren bien todo! ¡Si van a gritar… hagan turnos, no pueden oírse dos hombres gritando aquí dentro!-se rio ella.
-¡No te preocupes, jefecita, lo echamos a suerte! -replicó Connan y Sophi cerró la ventana mientras escuchaba el primer gemido emocionado de Will.
-¡Ay, Dios! Esto se va a poner candente, mejor me voy -susurró Sophi escapándose de nuevo por la puerta trasera.
¿Y ahora qué demonios hacía? Ni siquiera se había podido llevar uno de los autos.
De repente se acordó de una de las últimas anécdotas del abuelo: el vecindario estaba revolucionado porque habían abierto un pequeño bar cerca y el abuelo James había sido el primero en escaparse para estrenarlo. Le pidió indicaciones a alguien y cuatro calles después llegaba al barcito más acogedor que alguien pudiera abrir en aquella distinguida comunidad.
Había música suave, parejas jugando billar o dardos y un ambiente muy agradable, así que se sentó y pidió una cerveza mientras pensaba en qué demonios estaría haciendo Rex a aquella
hora. No lo había visto al llegar, pero no sabía que era porque Rex se había encerrado en su habitación apenas había regresado del puerto.
Para él era una locura, era una completa locura y sentía que de un momento a otro la cabeza le iba a estallar. Aquellas palabras de Nathan le habían calado hondo, porque él simplemente había asumido que sus mejores amigos en el mundo lo odiarían si siquiera le tocaba un pelo a su hija. Quizás porque eran los que mejor lo conocían y él no era… bueno…
¡Maldición, Meli y Nathan le habían espantado cientos de mujeres en su vida! ¡Incluso Sophi lo había hecho! ¿Cómo podían siguiera pensar que él era… que él era lo bastante bueno para ella?
Aquello no se le quitaba de la cabeza hasta que sintió que simplemente no podía esperar más. Salió de la casa y se dirigió a la casita de huéspedes, decidido a… ¡Rayos, ni sabía a qué! ¡Solo sabía que tenía que hablar con ella! Sin embargo estaba a treinta centímetros de tocar a la puerta cuando la voz ronca de Will lo dejó helado.
¿Eh? ¿Esto es lo que quieres…?
gemidos más fuertes, llenando el aire con una nueva sensación de urgencia y de placer. Dentro de aquella casita había sudor, jadeos y nalgadas, gemidos apenas contenidos y cuerpos calientes moviéndose frenéticamente. ¡Dentro de aquella casita se estaba follando como si el mundo estuviera a punto de acabarse! ¡Y para acabar de rematarlo, Will era un hablador natural, el maldito le decía todo lo
hacía quince años competían con las lágrimas en sus ojos, simplemente
era su prometida, se iban a casar! ¡Sí podía creerlo, lo que no
haciendo. Aquello era demasiado, simplemente demasiado. No podía soportar aquella escena, porque Will estaba llevando a Sophi al borde del orgasmo,
la ira y la angustia retratados en el rostro, y como no tenía con quien desahogarse en la casa, se fue directamente al bar más cercano a
el bar y tocó en la madera con
mejor whisky que tengas -pidió-. Mejor doble… mejor deja la
ochocientos euros, señor.
barman le
mirando a nadie, así que no vio la figura que se metió debajo de una mesa literalmente a menos de siete metros de
―
llegar, y su primer instinto fue esconderse. Por suerte entre ellos había mesas de billar y gente pasando, y él parecía demasiado ocupado en
rodillas bajo la mesa, exactamente igual que ella.
este… estoy
le perdió
-No, gracias.
a
-¡No, gracias!
-Pero señorita…
de billetes de cien dólares y se los dio, y al mesero casi se le salieron los ojos de la emoción-. Mira, tú solo tráeme una cerveza, que calladito
que no tenga que salir de aquí abajo hasta que se le pase la… timidez.
Sophi en un susurro, dándole
querrá también
pases, mocoso! -le espetó Sophi y el chico se fue riéndose pero pronto regresó con las cervezas.
intención de irse! Él ya había bajado tres cuartos de la botella y Sophi no se sentía las piernas de estar agachada a cuatro patas bajo la mesa, vigilándolo. En cierto punto, no supo cuándo, aquella botella llegó a su fin y la conciencia de Rex también. Sophia lo vio apoyar un brazo en la barra y luego su frente sobre él, y ahí mismo dejó de moverse.
cansancio al darse cuenta de que una mujer se estaba acercando a él,
quieres robar lo tiene del otro lado -gruñó Sophi con posesividad—. ¡ Porque por tu bien espero que lo que estés intentando hacerle a
cara de quien es perfectamente capaz de cumplir una
con molestia.
siempre tiene que haber una falda rondándote? -gruñó mientras le levantaba la cabeza, y él le sonrió con aquella mirada clara, seductora,
-chilló Rex cuando ella le pellizcó las mejillas, y Sophi aprovechó que se había levantado solo para pasar un brazo a su
fue Nathan quien les abrió la puerta cuando
a los ojos de su hija y ella literalmente dejó caer a Rex al suelo
unas calles de aquí. Mi buena obra del día fue quitárselo a una vieja
rezongó ella.
levantó una
que puedas reconcentrarle de nuevo las neuronas?
Leer La Novia Equivocada Novela de Day Torres Capítulo 98 Leer La Novia Equivocada Novela de Day Torres novel Capítulo 98 La lectura La Novia Equivocada Novela de Day Torres de Day Torres ha sido actualizada al capítulo Capítulo 98 . En Capítulo 98 de la serie La Novia Equivocada Novela de Day Torres, Nathan King es el hombre más poderoso y rico de la ciudad. Su riqueza hace que ya no crea que las mujeres acuden a él por amor, hasta que conoce a Amelie, una chica pobre. El destino los ha emparejado, pero ¿se juntarán?... ¿Este $capítuloTítulo autor $autorNombre menciona algún detalle? Siga Capítulo 98 y los últimos episodios de esta serie en Novelxo.com. La Novia Equivocada Novela de Day Torres Capítulo 98 La Novia Equivocada Novela de Day Torres novel Capítulo 98