CORAZONES ATADOS. CAPÍTULO 36. Cásate conmigo 

-Hola, papá… 

Aquello fue suficiente para que a James se le salieran las lágrimas que había estado tratando de aguantarse desde hacía horas, la levantó en sus brazos y la estrechó con fuerza mientras la besaba. 

-Me asustaste mucho -la acusó haciendo un puchero mientras la besaba. 

-Lo sé, amor, perdóname -murmuró Maddi-. Pero necesitaba poner mi cabeza en orden, y mis miedos también. 

-Yo también estoy asustado, Maddi, pero no voy a dejar que eso me controle. Yo te amo, te adoro y quiero tener a nuestros bebés. Y pase lo que pase lo vamos a enfrentar juntos. ¿ Estás dispuesta a enfrentar esto conmigo? 

Maddi tomó la cara de James entre sus manos, mirándole profundamente a los ojos mientras hablaba. 

Sus propios ojos se llenaron de lágrimas al ver el amor y la determinación en la mirada de James, y supo que él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con ella. Abrazándolo con fuerza, Maddi le sonrió suavemente y le susurró: 

-Sí, mi amor. Estoy dispuesta a enfrentarme a esto contigo. Venga lo que venga, lo superaremos juntos. 

James la abrazó con fuerza y la besó profundamente, con la seguridad que tenía la felicidad de su vida en los brazos y nunca la dejaría ir. 

-Siempre estaré aquí para ti, mi amor. Nada nos separará jamás. 

Maddi sonrió mientras miraba a James, abrumada por la felicidad y el alivio… hasta que apreció recordar algo. 

Salió del círculo de sus brazos, se quitó el anillo que llevaba desde hacía meses y se lo dio a James. 

-Ahora sí, de rodillas, pídemelo. 

A él se le escapó una risa de incredulidad. 

-¿Quieres que te pida matrimonio ahora? -murmuró-. Pero ni siquiera preparé algo especial… 

-¡Claro que sí! -exclamó ella tocando su vientre-. Aquí pusiste la especialidad de la casa, así que ahora vas a tener que dejarme hacer de ti un hombre respetable. ¡Pídemelo! 

Muerto de risa James se arrodilló frente a ella y tomó su mano. 

-Maddison Grant -empezó con un suspiro-. Te amo y quiero tener a nuestros hijos 

contigo. Sé que da miedo, pero podemos hacerlo juntos. Te voy a comprar el restaurante de fetuccini y un DVD de Titanic… 

-Y una franquicia de Häagen–Dazs -advirtió ella. 

-¡Y una franquicia de Häagen–Dazs! porque quiero que toda tu alegría sea mi alegría, y quiero estar ahí para impedir cada tristeza. Así que por favor, haz de mí un hombre 

decente y casate conmigo. 

Maddi acarició suavemente su mejilla, y lo besó con ternura antes de responder: 

a tener a nuestros bebés… porque esta

perfecto, amor.

que es

paz y seguridad los invadió a ambos, sabiendo que, pasara lo que pasara en el futuro,

otro. 

negar el miedo, solo sabían que necesitaban ayuda para superarlo, así que eso hicieron.

decidió posponer temporalmente la universidad y concentrarse en los bebés y en la escuela.

se perdía los partidos de futbol de los niños

consulta psicológica dos veces por semana y a medida que los días pasaban lograban sentirse un poco más tranquilos. Cuando la doctora les leyó el resultado de los análisis genéticos, los dos se echaron a llorar. No había nada, absolutamente nada que indicara que los bebés podrían tener algún problema, pero Maddi necesitaba más, necesitaba llegar a ese ultrasonido de las veinte semanas y saber que sus bebés estaban sanos y

antes que se le notara a otras embarazadas con su mismo tiempo, pero era porque ella cargaba tres, y James estaba de

Meli entusiasmada una de

tenemos el siguiente examen -respondió Maddi intentando controlar su nerviosismo.

ultrasonido de las veinte

casaremos -dijo Maddi-. Estoy pensando en una boda íntima y pequeña. No quiero periodistas ni que sea

parece muy bien! -accedió Meli-. ¡Pero tienes que dejarme preparar esa fiesta! Podríamos hacerla aquí en la escuela, te conseguimos un vestido clásico con manguitas

es ponerme una túnica y tener una excusa

-se

que Maddi pudiera recordar. Tenía miedo y estaba nerviosa y no quería contagiar a James, pero era

él estaba igual.

llevarme a un lugar? -preguntó al día siguiente y él la

dónde quieres ir?

y luego lo soltó.

quiero ir al cementerio -dijo con un hilo de voz y James tomó

-Sí, podemos ir. 

margaritas blancas y se dirigieron al cementerio. Caminaron con los dedos entrelazados hasta una pequeña lápida de mármol gris con el nombre de EINAR KING y Maddi no pudo contener

cuida de tus hermanitos“, suplicó en silencio y luego abrazó a James para volver a

horas después de que amaneció, rendidos por el cansancio más que por el sueño. Pero para las

corroboraran su diagnóstico y Maddi apretó la mano

ultrasonido. 

pasa? -le

ella en voz baja y James le dio un beso suave en la

estará bien -la

ultrasonido, todos oyeron los latidos fuertes y acelerado de los tres corazoncitos y Maddi rompió a llorar de la emoción. Después de

y repitió el ultrasonido sin decir nada. Al finalizar los tres se miraron y con eso bastó para concordar en el

doctora-. Los tres tienen un desarrollo perfecto de

abrazaron, llorando de felicidad, alivio y amor. Los tres bebés estaban sanos y Maddi no podía dejar de dar las

de emoción, la doctora

No sé si mis colegas se fijaron, pero yo vi el sexo de los

corazón le daba un vuelco en el pecho mientras levantaba la mirada. para encontrarse con la de James.

-¿Queremos saber? -preguntó. 

emocionado y Maddi

-Sí, sí queremos. 

y les señaló

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