Capítulo94

Alejandro acompañó a Clara a la enfermería, pero el médico justo no estaba presente, así que ella hábilmente encontró alcohol y gasa para vendar su herida.

-Deja que yo lo haga–dijo Alejandro con frialdad acercándose a ella.

-No es necesario -Clara se apartó con impaciencia, con una mirada fría y distante.

Alejandro y ella eran igualmente tercos, si él se implicaba, lo haría hasta el final.

-¡Escucha, Irene! -Agarró su mano con fuerza, adoptando un tono autoritario.

Clara se sobresaltó repentinamente, sintiendo la fría sensación en su muñeca.

Alejandro aplicó la medicina en su herida con seriedad, presionando la gasa con cautela.

Ella observó las pestañas largas y ligeramente curvadas que caían de sus ojos, las líneas definidas de sus muñecas y los meridianos azul–verdosos que se asomaban bajo su piel pálida mientras

aplicaba la medicin. Era extremadamente atractivo.

La naturaleza es caprichosa, algunas personas venden su atractivo; otras simplemente están de

pie allí, emanan atractivo naturalmente.

Alejandro no cambió su expresión y examinó cuidadosamente la herida de su mano.

Su mano era más áspera de lo que imaginaba, pero suave como el algodón.

Era delicada y pálida, pero con una capa delgada de callosidades en las puntas de los dedos, que

transmitían una sensación de madurez que no correspondía con su edad.

De repente, algo en la mente de Alejandro se agitó como una corriente eléctrica, y sin quererlo, aparecieron escenas desconocidas en su mente: la luna neblinosa, las sombras de las cortinas

moviéndose suavemente…

todas escenas desconocidas, pero sentía una sensación

compostura, su garganta se movió

y hacia abajo.

esos pensamientos hacia Beatriz, su ex esposa

podía tener este tipo de deseo vergonzoso hacia

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Era irracional.

dedos de él

retirar la mano.

-Ya está.

-La gasa -respondió Alejandro.

hombre no se detuvo, apretó su mano con fuerza y bromeó con

días? Tus dedos están tan ásperos

que él era

molestarlo.

normalmente, Irene?

hablando normalmente, si no lo entiendes, es porque no somos de la

Clara con una sonrisa astuta

en su corazón. Esta mujer

encontró a alguien que

también se

sabía que Irene todavía tenía un

Alejandro sabía cómo tratarla con facilidad

habían convertido en un inútil que solo sabía hacer

con Antonio, y este hombre había

academia militar, siempre ocupando el

su hermano, Sebastián, tenía el mismo nivel que él en

personalidad y astucia, era

el lugar de Antonio. Pero como hijo

era convertirse en el heredero

después de retirarse del ejército y entrar en el mundo de los

logrado construir su

leyenda. Solo que, sus ojos

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