Mi Frío Exmarido

Capítulo 162

La famia Sabin se reunía en casa del abuelo Manuel para una comida especial. El viejo habla invitado a Eduardo y

Cantia, una pareja muy cercana.

Manuel habia querido que Dorian también se uniera, pero este se excusó alegando tener demasiado trabajo.

Apenas Cintia llegó al lugar se sentó, pero no pasó mucho tiempo antes de que recibiera el correo electrónico de Recursos Humanos que anunciaba su despido inmediato, no una simple terminación de contrato, sino un despido fulminante

Cintia se quedó pasmada al leer el correo. Para ella, perder el trabajo era un contratiempo menor, pero el despido era

una verdadera vergüenza

Le preocupaba si el correo había sido enviado a toda la empresa o solo a ella.

La idea de que todos estuvieran al tanto la hacia sentir un hormigueo en el cuero cabelludo

Manuel, notando que algo andaba mal, le preguntó preocupado: “¿Qué sucede?”

Eduardo, que ya se habia sentado, también levantó la vista hacia ella.

Cintia reprimió su ansiedad y sonrió: “Nada, todo está bien.”

si nada hubiera pasado,

a la normalidad, Manuel también sonrió: “Me alegra que

haciendo ese muchacho Dorian últimamente? Cada vez que le llamo, está ocupado y nunca

un chico que vive para su trabajo, no solo con usted,

Manuel, mirando a Piero Sabin, padre

asintió: “Si, también está ocupado con el trabajo

cabeza y luego su mirada se posó en Fabiana, quien estaba absorta en su teléfono,

el centro de atención, miró confundida a Manuel: “¿Qué pasa? ¿Por qué me

de ti, dijo el anciano con una risa, sin importarle

cariño por su nieta,

y volvió a sumergirse en su teléfono sin prestar atención

después de un tiempo, pero él no había tenido la

verla.

cuando la familia Sabin fue a Zürich, Fabiana todavía se resistía

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o bien ella no estaba en casa, o no queria ver a nadie porque estaba de mal

sentia emocionado, como si el destino finalmente

a Dorian en su juventud, por la cual siempre había sentido cariño

retraído y antisocial debido al fallecimiento de su madre y

incansablemente, sin hablar demasiado, simplemente

silencio a su lado.