Apenas Evrie se quedó dormida, el celular en la mesita de noche comenzó a vibrar.

Era el celular de Evrie.

Farel giró la cabeza y echó un vistazo a la pantalla, era un número sin identificar, y sin más preámbulo, colgó la llamada.

Pasaron unos segundos y el mismo número volvió a llamar.

Él colgó varias veces, pero del otro lado insistían sin cesar.

En la cama, Evrie frunció ligeramente el ceño, parecía que el ruido la estaba molestando.

Farel no tuvo más remedio que tomar el teléfono y deslizar el dedo para contestar.

—¿Qué pasa contigo, niña? Cada día eres más rebelde, ¿verdad? ¿Te divierte colgarle a tu madre? Infeliz, solo sabes causar problemas. ¿Todavía te acuerdas de que soy tu madre?—

Apenas contestó, la voz de una mujer soltó una catarata de insultos.

El ceño de Farel se frunció, una molestia cruzó por su mirada.

Las palabras del otro lado eran tan hirientes que le provocaban cierta repulsión física.

—Escucha bien, Evrie, este fin de semana vuelves a casa para conocer a un pretendiente. Te he conseguido un buen partido, un funcionario, de buena familia, con casa y carro, y hasta dispuesto a dar quinientos mil para los gastos de la boda. Solo quiere casarse con una universitaria para mejorar la genética de sus hijos. Si es un varón, hasta te dará cien mil para tus gastos. No puedes dejar pasar esta oportunidad, ¿entiendes?—

—Él ya ha visto tu currículum, solo falta que te conozca. Así que regresa guapa y bien arreglada, no vayas a parecer una campesina.—

La mujer seguía hablando sin parar, y cada palabra hacía que el ceño de Farel se frunciera más.

¿En qué época vivían que aún había familias que vendían a sus hijas por dinero?

sostenía el teléfono sin decir

y comenzó a maldecir. —¿Así que no estás de acuerdo, eh? Siempre

bien, si no te quieres casar, también está bien, pero entonces envía dinero. La casa está necesitando dinero a morir. Si no te casas, tu hermano

sacamos tanto dinero tu padre y yo? Nos sacrificamos criándote para que nos cuidaras en la vejez, ¡así que

Farel permaneció en silencio.

otro lado no dejaba de maldecir, soltando

era absurdo, ¿cómo en estos tiempos aún existía la mentalidad de menospreciar a las hijas y usarlas

universitaria, había recibido

aguante tenía para soportar

él no habría tenido la oportunidad de acercarse

llamada y apagó el celular para dejarlo

el mundo volvía a la

rostro estaba febril y rojizo, las densas pestañas temblaban ligeramente y

pequeño gato

extrañar que hubiera querido vender sus

debido a

rato, luego desvió la mirada, volviendo a su habitual

Al día siguiente.

la ventana del suelo al techo, iluminando las sábanas

hubiera sido cortada con una navaja,

la mesita de noche,

aparecer en su mente, haciéndose cada vez

estado con Farel la

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