Farel pausó un momento con su tenedor, sin siquiera levantar la mirada.

— ¿Qué ocurre, señorita Margarita? — preguntó con desinterés.

Margarita sonrió levemente, se arregló su ondulada cabellera y acercó sus bellos ojos a él: —Me gustas, quiero ser tu novia—dijo.

Farel soltó una risita y alzó la vista, respondiendo con indiferencia.

—No me involucro en romances de oficina, mucho menos en romances entre superiores y subordinados.

—Podría renunciar al hospital o transferirme a otro lugar, si eso significa poder salir contigo. Nada de eso es problema para mí, ¿verdad? —Margarita pestañeó con coquetería.

En realidad, ella no tenía un gran interés en ser médico; todo comenzó cuando lo vio por casualidad en la oficina de su padre. Tenía un rostro atractivo y una figura bien proporcionada, con un aire de seriedad fría.

Era el tipo de persona que le gustaba a primera vista.

Después de mucho convencer a su padre, logró ser asignada como médico interna bajo la supervisión de Farel.

Al escucharla, Farel dejó su tenedor, se recostó ligeramente en su silla y la miró fijamente, pero las palabras que dijo fueron heladas:

—Lamentablemente, no me interesas — dijo.

— ¿Qué? — Margarita no esperaba un rechazo tan directo.

—Prefiero quedarme solo que mal acompañado, señorita Margarita. Si no me gusta alguien, no voy a conformarme, lo siento. —

Con esas palabras, se puso su chaqueta y se levantó.

pagar esta comida. Considera que la deuda con tu padre está saldada con esta comida. No intentes chantajearme moralmente para invitarme a comer

Dicho esto, se marchó.

sin mirar atrás.

primera vez que un hombre

por su estatus social, ni por su

un rato, Margarita se recuperó,

cuestión de conquistar a un hombre? Ella tenía muchas

más indiferente él se mostrara, más decidida se

mesa y se

hospital, Evrie se apoyaba en la cabecera de la cama con una mesita para comer

la habitación, emanando una fragancia tentadora.copy right hot

sabía qué sopa preferirías, así que traje

una sonrisa amable,

mesa llena de

no puedo comer

importa, come lo que puedas. — Leandro

es un desperdicio, no necesitas traerme tanta comida la próxima vez; las enfermeras se

y algo apenada al

amabilidad de Leandro, menos podía devolverle el

su pecho, y su tono no

Evrie se sintió conmovida.

The Novel will be updated daily. Come back and continue reading tomorrow, everyone!

Comments ()

0/255