En ese momento, Félix ya había irrumpido en la habitación con una expresión preocupada en su rostro.

—¡Giselle, vamos, te llevo al hospital! — exclamó.

Detrás de él, Farel le daba algunas instrucciones a la rápida —Joan, ve con ellas, no le quites la toalla, refréscala con agua y mantén la temperatura de la herida—.

—Está bien, lo haré bien— le contestó Joan.

Félix salió corriendo con Giselle en brazos.

El lugar se convirtió en un caos.

Margarita ya había sido llevada a la estación de policía.

Joan le informó a Farel —Sr. Haro, el hospital psiquiátrico se incendió, y esa Margarita aprovechó para escapar de allí—.

Cuidadosamente, empaquetó la botella de vidrio que Margarita había sostenido y se la entregó a Farel.

—Esta es el ácido sulfúrico que ella usó— dijo.

Farel asintió —Llévalo a la estación de policía, quédate allí vigilando—.

—Entendido—.

En el hospital, las luces de la sala de emergencias permanecían encendidas.

Evrie esperaba afuera desde hacía rato, con la mente inundada con lo que había pasado.

Farel la agarró de la muñeca —No te pongas nerviosa, no es mortal—.

Evrie apretó sus dedos, su corazón no dejaba de latir aceleradamente.

Su mente era un enredo, incapaz de poner sus pensamientos en orden.

No entendía por qué Giselle había decidido interponerse y que le cayera el ácido sulfúrico a ella.

Pasaron varias horas antes de que las puertas de la sala de emergencias se abrieran y Giselle fuera sacada de allí.

El médico tratante se quitó la mascarilla y le reportó la situación a Farel.

a tiempo y el ácido no penetró más profundamente. Sin embargo, es poco probable que la piel vuelva a su estado

asintió en reconocimiento —Gracias

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no hay de qué— replicó el médico, intercambiando unas palabras de cortesía antes de

hasta la habitación del hospital, su rostro mostraba una mezcla

ella y una tenue sonrisa se dibujó en su rostro, como si

preocupada por mí? —

y recibiste el ácido

mucho en ese momento,

su expresión, tranquila y serena, sin poder discernir

firmemente

son tus verdaderas intenciones

continuó sonriendo, con

un alma gemela. No te preocupes por mí, estas heridas son

preocupa por eso, ¿entonces qué es lo que le importaría? — le preguntó

detuvo un

mirada de ella y se giró para mirar hacia la oscuridad de

importaba ya se ha ido— le dijo, antes de que la puerta de la

una silla de ruedas, su rostro

la herida?

la cabeza —Estoy bien, solo un poco cansada, quiero estar en

algo, solo toca el timbre junto

afecto y salió de la habitación

Evrie se inclinó en una reverencia hacia Tomeo,

Rivera ha sido

suspiró, mostrando una expresión de

y quiso protegerte, yo como su padre no

los labios —Resolveré esto hasta el final y aseguraré

no le dijo más, solo suspiró

guardó silencio por un

—Entendido—.

se fue, Farel acababa de colgar el teléfono

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