Los labios del hombre eran pesados, casi como si la estuviera mordiendo.

Evrie estaba atrapada por su agarre en la nuca, profundizando más y más, con sus alientos entrelazándose.

Él la besaba con fuerza, lleno de un deseo de posesión indescriptible, con una autoridad que la dejaba indefensa.

Evrie casi no podía respirar.

Minutos después, Farel la llevó entre sus brazos, refugiándose en la sombra de unos árboles.

A su alrededor solo había oscuridad y árboles, sin poder distinguir nada.

La espalda de Evrie reposaba contra el muro frío, mientras el aliento grave de él resonaba en su cuello.

—Espera por mí —le dijo él—. Solo un poco más.

—¿Podemos no enamorarnos, por favor?

El corazón de Evrie se convirtió en arena en un instante, desmoronándose poco a poco.

En la oscuridad, su voz y su respiración se magnificaban, eran pesadas con una contención reprimida, mezcladas con una desesperación suplicante.

Él siempre había sido calmado, racional, controlado.

Rara vez perdía el control de esta manera.

O mejor dicho, nunca había perdido el control de esta manera.

Esta vez no pudo resistirse.

No se contuvo en lo absoluto.

Los ojos de Evrie se calentaron ligeramente, y su corazón latía con un dolor punzante.

Apoyada contra la pared, alzó la vista hacia la silueta en la oscuridad y simplemente le dijo.

—¿Ya cenaste?

¿Qué?

estaba desconcertado,

hambre, quiero comer algo —añadió Evrie—. Ahora mismo,

Farel se hizo más pesada, su voz se volvió ronca

cocinaré para ti.copy right

fuera de sus brazos

la espalda erguida y una terquedad

oscureció su mirada y siguió sus

y uno detrás del otro entraron al apartamento de

el armario de los zapatos y vio dos pares de pantuflas,

zapatos y entró a la cocina como si fuera

refrigerador, solo pasta, huevos y un puñado

se detuvo un momento, sin

Esto… la haría vomitar.

el refrigerador y sacó su teléfono para hablar —Pediré

puerta del refrigerador, tercamente —No es necesario, comeré lo que hay

la miró de reojo, sus miradas se cruzaron en el aire, chispeando con una energía

voz se volvió

cocinaré

los ingredientes del refrigerador, lavó las verduras, preparó los huevos y

tomando el tenedor y comiendo bocado a

malestar, sin

se sentó enfrente, simplemente observándola mientras ella terminaba

no quedó

plato, se levantó y le

—¿Qué?

—Friega los platos.

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